martes, 15 de diciembre de 2009

UN PASEO POR CÓRDOBA II

Una de las más relevantes obras de arte de todos los tiempos. Patrimonio de la Humanidad, un prodigio de equilibrio y armonía espacial resume la gloria de la arquitectura del Califato:

LA MEZQUITA.
Levantada sobre la antigua basílica visigoda, la construcción de la primitiva mezquita duró apenas un año (786). Los emires y califas fueron ampliándola en los siglos siguientes. Abd al Rahman III levantó un nuevo alminar y ensanchó el patio, al-Hakam II aumentó su profundidad hasta la profundidad del río lo permitía- y encargó a artistas de Damasco y Bizancio el deslumbrante mirab-, y al- Mansur acometió la ampliación más espectacular, por le costado oriental.
En total diecinueve naves perpendiculares al muro de la qibla, donde se sitúa el mirab, con decoración de mármol y mosaicos al estilo bizantino; esta parte cubierta es precedida por un patio o sahn. Las columnas de mármolsustentan dos niveles de arcos, el primero de herradura, y el segundo de medio punto peraltado, en el cual se alternandovelas de piedra ocre y ladrillo rojo; todo ello cubierto por una techumbre plana de madera sobre la que se disponen tejadillos a dos aguas. La parte más rica y deslumbrante es, sin duda el mirab de al-Hakam, precedido por la Mansura, espacio reservado para el califa.

Al norte se encuentra el Patio de los Naranjos, con galerías en tres de sus lados, formados por arquerías triples de medio punto; el flanco que da acceso al haram está constituido por arcos ciegos de herradura, entre los que se abre la Puerta de las Palmas, reformada en época renacentista. El patio ocupa casi un tercio del espacio total, y en su centro se sitúan cinco fuentes, tres mudéjares y dos barrocas, y los restos de la primitiva pila para las abluciones.Cerca de la entrada, a la derecha, se encuentra señalado en el suelo con sillares de piedra, el sitio del primitivo alminar de Hxam I. En el muro orientado al norte se encuentra la torre campanario, de estilo renacentista en la parte inferior y barroca en la superior, en cuyo interior se conserva el antiguo alminar.
En el exterior, la construcción presenta muros de mediana altura articulados mediante contrafuertes de sección regular. En los paños murales se disponen las portadas de acceso al templo, remodeladas en su mayoría en épocas posteriores y algunas muy restauradas. La principal, la Puerta del Perdón, en la fachada norte de diversos estilos armonizados. En el muro occidental se inserta una de las más antiguas, la de San Esteban, de época de Abd a-Rahman I: la de los Deanes, el Postigo de la Leche y la Puerta de San Miguel, reformados en el XVI, y las puertas de al-Hakam II, que representan un gran alarde decorativo y una mayor complejidad de composición.

En la zona central de las naves, los reyes cristianos levantaron la Capilla Mayor y la Capilla Real. En 1523 se inician las obras de la Catedral inserta en el bosque de columnas, a instancias del Cabildo y con el apoyo del emperador Carlos V. Las obras fueron iniciadas por Hernán Ruiz el Viejo, al que sucedería su hijo Hernán Ruiz el Joven, en 1545. La catedral es de planta de cruz latina con capillas laterales, cubiertas por bóbedasde crucería en la Capilla Mayor, de medio cañón en el Coro y elíptica en el Crucero.


Guía de Andalucía
Ruta del Califato

sábado, 14 de noviembre de 2009

UN PASEO POR CÓRDOBA I

En la Córdoba de hoy palpita su glorioso pasado. Un pasado que se remonta oficialmente al año 152 a.C..,cuando el pretor Claudio Marcelo la hace colonia patricia y capital de la Hispania Ulterior. Sería entonces cuna del filósofo Séneca y del poeta Lucano, y más tarde del obispo Osio (rector del Concilio Ecuménico de Nicea). Grande con Roma, y universal con el Califato, Córdoba nace para el Islam en el año 711, cuando un oficial de Tariq llamado Mugit al-Rumi, la sitió durante varios meses. Años más tarde, el príncipe omeya Abd al Rahman I, quien venía huyendo de Damasco donde su familia había perecido a manos de la dinastía rival de los abbasíes, constituyó en al-Andalus un estado independiente, principio del periodo dominado por los omeyas cordobeses. Sería Abd al Rahman III quien al llegar al poder en el año 912, iniciaría la transformación del territorio dividido en un estado centralizado y se proclamaría califa independiente.

Córdoba se convirtió en la ciudad más espléndida del mundo civilizado: tenía más de mil mezquitas, más de ochocientas casas de baños, un sistema de urbanización avanzado, un comercio variado y floreciente, iluminaba sus calles principales(y en esto se adelantaba 700 años a Londres o París) y levantaba la mezquita más grande y hermosa de entonces, o toda una ciudad palatina de ensueño, Madinat al-Zahara, en la cercana serranía. Los siguientes califas, HixamII, al-Mansur, consolidan ese esplendor, y se crea la mayor biblioteca que existió en Europa durante la Edad Media. La descomposición posterior precipitó, a pesar de las intervenciones de almorávides y almohades, el avance del poder castellano. Fernando III entró en Córdoba en 1236. Durante la guerra de Granada, los Reyes Católicosestablecieron en la ciudad su cuartel general, en un alcázar donde Isabel recibió a Colón para escuchar una propuesta que cambiaría el devenir de la Historia: el descubrimiento de América.

Guía de Andalucía.
Ruta del Califato.

sábado, 12 de septiembre de 2009

LAS HABLAS ANDALUZAS

Mientras se decide a poner Internet, he pedido a un amigo que me permita subir esta entrada ; es estupenda, ojalá pudiese hacer público todo el extenso trabajo que ha escrito sobre el tema, que en realidad es un libro que algún día quiere publicar.
Desde aquí le doy las gracias a este maestro e investigador del Andaluz, por habérmela regalado.



Existe en Andalucía un claro problema lingüístico a la hora de la realización práctica de la lengua española en nuestro Territorio. Se trata evidentemente del divorcio existente entre el habla de la calle y la que emplean corrientemente los diversos medios audiovisuales implantados en su inmenso territorio.

No se trata de manifestar desprecio o indiferencia hacia otras formas foráneas de expresión que, incluso, puedan parecer a ciertos oídos más sonoras, austeras, recias o imperiales.
Apelamos sencillamente al uso, sin complejos, de la manera culta de hablar esta variante del español que el Pueblo Andaluz viene empleando tradicionalmente y que los lingüistas consideran más viva, dinámica, economizada y creativa que aquel castellano que nos trajeron, a partir del siglo XII, Fernando III El Santo y sus huestes.

El andaluz universal, Elio Antonio Martínez de Nebrija Cala y Jaraba,“que quiso poner en orden la ruda fabla del medievo español”, afirmaba: “El idioma es instrumento de imperio, el dialecto, afirmación de la personalidad”.

Así como el castellano medieval era lingüísticamente hablando, el más evolucionado de los dialectos peninsulares procedentes del latín, así el andaluz es hoy la avanzadilla de esa evolución que es posible encauzar, pero jamás detener.
El andaluz, como decía el escritor gaditano, Fernando Quiñones, lleva enriqueciendo al español y contribuyendo a desanquilosarlo desde el siglo XVII.
“Mantengamos la unidad pero la uniformidad”, exclamaba el prestigioso escritor y académico , Fernando Lázaro Carreter, ex director de la Real Academia de la Lengua Española.

Ninguna lengua o modalidad lingüística ha de considerarse inferior a otras si cumplen con la alta función de la comuniocación, según afirman afamados filólogos.

El andaluz, en general, ha tenido excelentes oportunidades de enriquecerse históricamente con todos los elementos que han enriquecido a las lenguas: léxico, modismos, ingeniosas comparaciones, giros, sabios refranes que reflejan la forma de ser y del carácter peculiar del Pueblo que los emplea, e hipérboles que han mantenido muchos de nuestros más grandes y universales autores, como Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Rafael Alberti, etc, sin olvidar su expansión andaluza hacia las Islas Canarias e Hispanoamérica.

L a belleza de un idioma no está sólo en el vocabulario abundante, sino en la capacidad de innovar con la sintaxis en la mano, como dice el escritor y premio Planeta, Fernando Schwart. Y estas circunstancias se dan precisamente en Andalucía, como defiende también el catedrático José Mondéjar cuando afirma:” La mejor sintaxis del español se conserva en Andalucía”.

El andaluz no es sólo el estudio o la descripción rápida de sus rasgos más característicos como el “seseo”, “el ceceo”, “el lleísmo”, “la alternancia”, “ la aspiración de la s”,”la elisión de la d”, “la aspiración de la “s” final de palabra o sílaba, “el jejeo”, etc, sino el estudio serio de sus fundamentos y contenidos históricos en todos los centros de enseñanza de Andalucía.

En los siglos XVI y XVII, al hablar en andaluz era ya todo un signo de elegancia, distinción y cultura de la sociedad sevillana.
Tal era el prestigio de la Escuela Sevillana, que Fernando de Herrera, “aquél que se burlaba de la sequedad y poca finura de los castellanos viejos”, quiso implantar el andaluz de Sevilla en toda España. Y, según los historiadores de la lengua, no era idea de ningún retrógrado.

¿Qué espera la Administración Autonómica Andaluza para que se estudien regularmente, con toda seriedad y extensión, en todas las escuelas de Andalucía, el origen y la historia de los contenidos lingüísticos que nos hablan de la manera particular de expresarnos, históricamente los andaluces?

Razón más que suficiente tenía el catedrático Adro Xavier cuando dijo:“ La verdadera Historia de Andalucía se debió de haber escrito hace ya muchos años para que el niño andaluz hubiera aprendido a leer sabiendo que era barrunto de un tronco cultural maravilloso, que le impide agachar la cabeza ante la Historia de cualquier otro pueblo.”

Los andaluces conscientes de esta importante seña de identidad del Pueblo Andaluz, esperábamos que en el nuevo Estatuto de Autonomía se hubiera incluido definitivamente con más seriedad, rigor, firmeza, decisión y celo, el reconocimiento institucional expreso y la implantación del estudio histórico y científico de una de las señas de identidad más importantes del Pueblo Andaluz: su variante lingüística, su Habla.

Hasta hoy la Escuela Andaluza ha venido tratando el tema con la mayor timidez e indiferencia y el más despiadado e injustificado desprecio, fruto del trato y de la consideración que ha sufrido tradicionalmente nuestra modalidad lingüística, juzgada siempre bajo el prisma del castellano.
A este respecto el ilustre catedrático andaluz de filología hispánica en la Universidad de Sevilla, Miguel Ropero Núñez, afirma categóricamente: “Filológicamente hablando, es un disparate científico asegurar que en Andalucía se habla el castellano.”
Al mismo tiempo hemos de recordar que cuando arribó a nuestra tierra el prestigioso catedrático, Vidal Lamíquiz, leonés, quedó negativamente impresionado al comprobar que en Sevilla se estudiaba tradicionalmente el mismo libro de texto de lenguaje que en el resto de las ciudades de España, con la importancia y riqueza que encierran nuestras Hablas y la primacía histórica de Sevilla a la hora de la conformación del español.

Soportamos sin duda, en Andalucía, por ignorancia, tal grado de colonización lingüística a través de los medios audiovisuales de comunicación, que las nuevas generaciones siguen creciendo, tras muchos años de democracia, convencidos todavía” QUE HABLAMOS CASTELLANO, PERO QUE LO HACEMOS MUY MAL.”
Apelamos a la buena voluntad y responsabilidad a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía para que regule con toda eficacia, lealtad, firmeza y precisión una normativa que haga valorar, estudiar, fomentar y promocionar la forma histórica, ingeniosa, viva, dinámica y creativa que poseen los andaluces , como tesoro lingüístico, a la hora de hablar, llena de un léxico abundante, giros, modismos, numerosos refranes, ingeniosas y sorprendentes comparaciones que nos han de colocar en el justo pedestal que le corresponde por cumplir a la perfección con la función comunicativa, como defiende el catedrático de filología hispánica Miguel Ropero Núñez.

El rey Alfonso XII de Borbón, según escribe José María de Mena, historiador y foníatra de prestigio, sevillano, “se sintió irremediablemente atrapado en las suaves y deliciosas redes de una doncella sevillana, María de las Mercedes, que trascendió su encanto singular por la transparencia de su mirada, la franqueza de su sonrisa, un hálito de bondad y, sobre todo, por el agradable acento andaluz de sus palabras”.

Manuel Alvar López, catedrático y ex director de la Real Academia de la lengua Española, nos dejó escrito: “Hemos pateado toda Andalucía, pueblo a pueblo, y hemops registrado 260 hablas distintas entre Ayamonte (Huelva) y Pulpí (Almería)”.

Esta pluralidad de Hablas, esta diversidad lingüística no hay que contemplarla como una catástrofe, sino todo lo contrario, como algo muy valioso y progresista, La variedad es riqueza, posibilidades múltiples y diferentes de comunicación; constituyen, en definitiva, una clara muestra de nuestro riquísimo acervo lingüístico y patrimonial.
Si acertamos a sentirnos orgullosos de nuestra Habla, impondremos, primero, sorpresa, luego, interés, y finalmente, respeto.

jueves, 3 de septiembre de 2009

IGLESIA Y CULTURA

Después del periodo arriano, finalizado con el reinado de Leovigildo en el año 586, la Iglesia gozó de una posición privilegiada en el siglo largo en que el reino visigodo adoptó el catolicismo. Desde el punto de vista arqueológico acreditan el creciente poder de esta institución en la Bética los restos de edificios religiosos o las noticias que sobre ellos se nos han conservados. Algunos ejemplos son el templo de San Pedro de Alcántara en la Vega del Mar (Málaga), con doble ábside y baptisterio, y la iglesia de Alcaracejos (Córdoba), ambos fechables en la segunda mitad del siglo VI, o los interesantes restos de una iglesia visigoda aparecidos en Almonaster (Huelva), convertida posteriormente en mezquita, y de otra en Alcalá de los Gazules (Cádiz). Allí donde no se han conservado vestigios, la epigrafía nos ilustra sobre la existencia de estos edificios religiosos por toda la Bética, en las actuales provincias de Córdoba, Sevilla, Cádiz, Jaén, Málaga y Granada. Resultan también de sumo interés los restos del baptisterio encontrado en Sevilla, en el Patio de Banderas del Alcázar, y de los del Guijo y el Germo, ambos en Córdoba.

Es sabido que la Iglesia se convirtió en una de las tres fuerzas políticas del reino, junto a la monarquía y a la nobleza, y que el alto clero se asimiló en poder económico y en prestigio social a la aristocracia laica, y fue el depositario de la cultura clásica y el forjador de la cultura germano-latina.

La organización eclesiástica se consolidó a raíz del reinado de Recaredo años 586-601, tomando como elemento básico, dentro de cada provincia, la diócesis. En la de la Bética la sede metropolitana era Híspalis (Sevilla), había otras nueve diócesis sufragáneas: Itálica, Assidonia (Medina Sidonia), Elepla (Niebla), Malaca, Iliberris (Granada), Ástigi (Écija), Corduba, Egabrún (Cabra) y Tucci ( Martos).

Los concilios provinciales que se celebraban presididos por el metropolitano, tenían amplia competencia disciplinar tanto del clero como del pueblo, disputas entre diócesis por el ámbito jurisdiccional, etc, y funcionaban también como tribunales eclesiásticos.

En la Bética se celebraron dos concilios en este periodo en Sevilla: el primero en el año 590, durante el reinado de Recaredo, y el segundo en el año 619, presididos por San Leandro y San Isidoro respectivamente.

El relevante papel desempeñado por la Iglesia en estos siglos radica en su función cultural . En la España visigoda, la instrucción corrió a cargo casi exclusivamente del los eclesiásticos, las antiguas escuelas municipales, sucedieron las eclesiásticas.
Sevilla se convierte en el gran foco cultural del reino desde fines del siglo VI y durante el primer tercio siguiente, modelos de las posteriores de Toledo y Zaragoza..

Desde el último tercio del siglo VII, una serie de contradicciones internas debilitan al imperio visigodo. La pugna entre la monarquía, que intenta por todos los medios fortalecer su poder, y la nobleza, que se esfuerza por mantenerse como pilar básico del reino, produce una aguda inestabilidad política. Las medidas adoptadas contra los judíos y los siervos fugitivos en la legislación de estos últimos años, son índice del profundo desequilibrio socioeconómico, que se vio afectado además por circunstancias de orden coyuntural (malas cosechas, hambres, peste). El fin del reino visigodo acontece con la entrada de los musulmanes pro
cedentes del norte de África, pero lo cierto es que el grave estado de deterioro al que el país había llegado, favoreció decisivamente la conquista islámica.


“Historia de Andalucía”

martes, 25 de agosto de 2009

SAN HERMENEGILDO, REY CATÓLICO DE LA BÉTICA

UN MÁRTIR QUE LEVANTÓ A ANDALUCÍA.

Hace catorce siglos que San Hermenegildo, Rey de la Bética visigoda, fue decapitado por orden de su padre, el rey Leovigildo.
Hay diversas opiniones que señalan el año 586 como el de su muerte, otras, el 585, sin embargo, según la enciclopedia de “Historia de Andalucía”, señala que fue el 583. También se cree que fue asesinado en Tarragona, y quienes piensan que el martirio sucedió en Sevilla.

Hermenegildo había levantado Andalucía en torno al cristianismo. Hay quien opina que ello no fue si no la expresión de una nobleza hispano-romana, descontenta y ansiosa de preservar su AUTONOMÍA. Se trata pues de la PRIMERA batalla de los andaluces por su IDENTIDAD, como casi siempre mal comprendida por la ceguera del poder exterior.

Cuentan que tenía el Rey de la Bética visigoda, su palacio en lo que hoy son los cimientos del monumento al Sagrado Corazón, dentro de los contornos de San Juan de Aznalfarache, y que incluso cuando se removió el terreno para levantar la obra de Aurelio Gómez Millán, alguien vio restos de tal edificio.

Al volver a Toledo de victoriosas expediciones, Leovigildo convenció a la sociedad visigoda de la conveniencia de asociar a sus hijos Hermenegildo y Recaredo al poder real. Así el futuro héroe católico, se convertiría en Gobernador o Rey subsidiario de la Bética.
La llegada a nuestra tierra de Hermenegildo, se debió a desavenencias surgidas con el otro sector de la familia real.

En Toledo saltó la chispa de este trágico episodio protagonizado por dos mujeres: Goswinda, madrastra y apasionada de la religión arriana, e Ingunda, esposa de Hermenegildo, ferviente católica.
Los esposos fueron mandados a gobernar Andalucía muy jóvenes, ante la imposibilidad de convertir a Ingunda a la religión arriana, a pesar de llegar, incluso a ser arrastrada de los cabellos por Goswinda.
A Hermenegildo le tocó vivir un momento en el que la fe iba a ser bandera cruenta de choques ideológicos, y se vería en la tesitura de elegir entre la tradición que sería su fe, o el sacrificio de su vida.

En Sevilla, Hermenegildo se convierte al catolicismo y se bautiza. La noticia llega a Toledo, y un año después recibe la citación de su padre, con el pretexto de tratar asuntos de Estado. El Rey de la bética no acude a su llamada, provocando con ello la furia y la ira de Leovigildo.

Andalucía hierve congratulada de la conversión de su gobernador a la fe católica, en la que casi todo el mundo cree en la región. Pero la sangre bárbara por un lado, y el instinto histórico por otro, hacen que tanto Leovigildo como Hermenegildo, se armen y busquen a toda prisa alianzas; la guerra se respira.
La Bética y particularmente Sevilla y Córdoba, se habían mostrado desde hacía décadas indómitas al poder de los godos, considerados extranjeros que Andalucía nunca asimilaría.


Leovigildo desplegó una campaña militar contra su hijo, acorralándolo en Sevilla, cuyo asedio duró dos años, tiempo en que el atacante aprovechó para fortificar sus tropas en Itálica, recreciendo sus muros, y desviar el cauce del río Guadalquivir, con objeto de cortar los suministros a la ciudad.
Tras la derrota por su padre de Sevilla, Hermenegildo se dirige a Córdoba, refugiándose en una iglesia de Oseto, sabiendo que su padre respetaría el lugar sagrado, sobre todo por temor a que el alzamiento encabezado por su hijo, moviese al pueblo en una rebelión general.

Entonces, Leovigildo manda a su hijo Recaredo para lograr la rendición del sublevado. Consigue su propósito, y Hermenegildo acude a postrarse ante su padre, vestido con los atributos reales, lo cual le hace encolerizar, y le manda encarcelar.

Algunos autores piensan que Hermenegildo fue trasladado a Sevilla, e incluso que su muerte y martirio se llevó a cabo en el edificio sobre cuya pared , una lápida relata los acontecimientos, y que aún podemos contemplar precisamente junto a la calle Recaredo. Ello convertiría tal emplazamiento en sede de un martirio que daría a la iglesia un santo, pues Hermenegildo sería incluido en el calendario de las fiestas católicas en el siglo XII.

De manos de un ministro de su padre, y por encargo de éste, tras enterarse de que su hijo había rechazado desabridamente la comunión según el rito arriano, la cabeza de Hermenegildo rodó separada de su cuerpo el día 13 de abril, Sábado Santo del año 585 ( ¿583?) . Este muchacho decapitado a la edad de veinte años por su propio padre, daría nombre en 1815 a una Orden Real y Militar, para premiar la dedicación de los militares del Ejército. El epílogo de tan ejemplar como olvidada proeza de lealtad a la religión y ESPÍRITU AUTONOMISTA, la puso la viuda, quien murió en Á frica mientras huía con su hijo a Constantinopla, de donde sería rescatado del emperador griego Mauricio por su abuela Brunequilda.
Ajeno estaba el huérfano a que muchos andaluces rendían culto a su padre como mártir de la fe.











lunes, 17 de agosto de 2009

CARTA A UN ANDALUZ O ANDALUZA

Hola paisano, hola paisana.
Quizás te parezca una tontería esto que he escrito, pero me ha apetecido saludarte; me he acordado de ti.

No se en que rincón del mundo te hallarás, pero dondequiera que sea, quiero que sepas, que hay alguien (aparte de los tuyos) que ha tenido un pensamiento para ti.
Igual estás ahora de vacaciones en tu pueblo o ciudad, disfrutando de la compañía de tu familia y de la playa.
¿Has visto qué calor hace? Es tremendo.
Puede que tengas que volver pronto donde tienes tu trabajo, tu vida.
Seguro que a parte de en tu video cámara, estás guardando todas las imágenes posibles también en tu memoria.
Mira las sierras, los olivares, mira esas casas blancas de los pueblos, esas calles desiertas al mediodía, y míralas por la tarde ¿no te parece que tienen un encanto especial? ¿ no te parece que el olor que desprende el suelo cuando las vecinas “ riegan la puerta” para sentarse, “ porque parece que ha refrescado”, es especial y maravilloso?
Mira a nuestra gente, cómo te ofrecen su hospitalidad, diciendo: “lo que se te ofrezca…”

Una vez en Cuba me preguntaron cómo era Andalucía; de repente se me pusieron los vellos de punta, el sentimiento me ahogaba, y las lágrimas rodaron por mi cara, Cuando pude, y como pude, expliqué cómo es mi Andalucía. Aún hoy me estremezco, al recordar lo que sentí.

Bueno, paisana, bueno, paisano, te envío saludos y un poema que compuse pensando en ti, que tuviste que marchar a otro lugar a trabajar, espero que sea de tu agrado.

ÉSTA ES MI TIERRA

Ésta es mi Tierra:
la que pone lágrimas
en los ojos
A quien vive lejos de ella.

La que sin voz
llama a voces
En la época de siega.

Ésa de los blancos campos
por el algodón en flor;
la que los pinta dorados
cuando abre el girasol.

Así huele mi Tierra:
Olor a casa encalada,
a jazmines y azahares,
a clavel, a hierbabuena,
olor a tierra mojada.

Al sudor de la labranza,
a noches de luna llena,
a las redes de la mar,
olor a playa serena.

Olor a melón maduro,
a melocotón en flor,
a tomillo y a romero,
a nardos y a procesión.

Así suena mi Tierra:
a murmullo de agua clara,
a zambomba y pandereta,
castañuelas, sevillanas,
a tanguillos y a saetas.

Al golpe seco que da
la vara contra el olivo,
al chasquear de la uva,
cuando cae el racimo.
A los vinos de Jerez,
al verde de nuestras sierras,
a pan y aceite de oliva,
así, sabe nuestra Tierra.

Esto siente mi Tierra:
Miedo, a ser olvidada,
Temor: a no ser Oída,
Dolor por no ser Querida,
Y por Marginada:
¡ RABIA!